9 nov 2009
Tipa
24 oct 2009
Luna!
20 sept 2009
olor a papá
11 sept 2009
Michael Cricket
Me hace pensar que está hostigado de mi o de mi presencia o de mis maneras....
no lo sé.... y tampoco sé si sea mi impresión pero desde que llegó ese amigo suyo que a la mayoría no le cae bien, cree o quiere ser más papista que el Papa.... no lo es, ni lo será.
Es muy poquita cosa (aun que suene despectivo) para lograr ser lo que quiere ser. En Lima lo creen un cero a la izquierda, y así cree que lo llevarán a Lima??.... Me da pena y me da risa., pobre iluso!
¿¿Qué tengo que ver yo con que quiera demostrar que es una persona con mucho caracter??
Pero de todas las idioteces que ha hecho y dicho, ésta idiotez en particular es la más grande, la más descomunal. Por qué quiere parecer algo que ni remotamente es!!
Y lo peor de todo es ¿¿por qué tengo que ser yo su chivo expiatorio??!!
¡¡Ni cagando!! ¡¡Que se vaya a la mismísima mierda!!
24 jun 2009
V de Venganza
Pero es bueno saber que se tiene aliados, personas en algún grado honestas y dispuestas a conocer la realidad tal como es; sin máscaras. después de varios meses, hoy me he sentido más tranquila.
A pesar de mi actual tranquilidad, no puedo deshacerme del pesimismo renuente que mantiene en mi mente la idea de que los malos se salen con la suya hasta el final. Sólo espero que su maldad no termine perjudicando mi ya mancillada reputación.
Algo que sí ha terminado, y duele un poco el vacío que ha dejado, es la esperanza de encontrar buena voluntad en las personas. Ese espacio está siendo reemplazado muy rapidamente por una suspicacia que para ser honesta, lastima.
7 jun 2009
Lenguajito
18 may 2009
Ricardito corazón
Han pasado algo más de cuarenta años y el señor Ricardo ahora es una persona importante en una ciudad costeña que lo discriminaría de no ser porque tiene un cargo notable. Contarles cómo llegó a ocupar ese sillón tan cómodo de su oficina no es importante, "el fin justifica los medios" le aconsejó Maquiavelo hace muchos años.
Dentro de su empresa, es conciente que muchos lo quieren ver derrotado, pero él no se rinde ante las adversidades provocadas por todo ese alto de quejas debido a tantos malos manejos durante su gestión, ni ante las miradas llenas de rencor de algunos de sus subordinados. El señor Ricardo fue adoctrinado para pasar por alto estas situaciones incómodas y amedrentar a su personal; por supuesto no a todo el personal, sólo a aquellos que tienen opiniones contrarias a las de él.
Pero el señor Ricardo es inteligente, entonces tiene muchos amigos que se encargan de limpiar su mugre, sobre todo aquel Gerente que lo aprecia tanto por la cantidad de amistades femeninas que ha forjado a lo largo de estos últimos años gracias a él.
El señor Ricardo también sabe que sus trabajadores son bastante cobardes. Sabe que ellos hablarán de él a sus espaldas, renegarán y dirán miles de cosas, pero que nadie moverá absolutamente ni un sólo dedo porque a partir de ese momento quedarían en juego sus puestos de trabajo.
Pero que no se malinterpreten mis palabras. El señor Ricardo tiene un buen corazón. Él ayuda a los más pobres. Se acuerda de sus días en su pueblo y de las necesidades que tuvo cuando era niño. Hace obras de caridad con aquellos que se encuentra en angustia y es por eso que con los demás es duro: les quiere enseñar una lección de humildad, una lección de amor. Pero sobre todo, el hecho de realizar estas buenas obras lo hacen sentirse bien consigo mismo. Le hacen sentirse más grande aún y lo demuestra inflando el pecho y caminando con la cabeza bien, bien en alto.
15 abr 2009
Carencia
En realidad la soledad es un vacío: no se siente, no se piensa, no se mira, no se oye, no se huele, no se toca...
Lo que sí sientes, es el desamparo. Sabes que no tienes a nadie a quien recurrir, no hay quien escuche tus reclamos. Ni tampoco quien los quiera escuchar. Simplemente te has vuelto nadie.
No tienes aliento, no tienes alma. Te has convertido en el ser más pequeño, y no porque lo hayas querido precisamente, si no porque todo a tu alrededor es tan monstruoso, que aquello que atormenta tu ser, te obliga a reducir mente y cuerpo.
En tus ojos se puede descifrar la llamada de auxilio, pero es más fácil ignorarte y hacernos los ciego-sordo-mudos. Imagino que todos los que hemos rechazado tu pedido de ayuda es porque anticipamos la caída absoluta al mismo abismo que tú, solitaria. Tenemos miedo. Comprende que el miedo a la oscuridad y a las caídas (y recaídas) es bastante natural en los seres humanos simples y sencillos como nosotros.
Ah! Y una cosa más: no pienses que te ignoramos todo el tiempo. En realidad, a veces sí eres imperceptible.
28 mar 2009
27 feb 2009
Fuego
La habitación estaba casi a oscuras. Desde afuera, un rayo de luz iluminaba sus ojos. Su mirada intensa me hacía sentir nerviosa, como nunca. Yo también lo miraba y el tiempo parecía haberse detenido. Mi respiración, casi inexistente, me hacía notar lo mucho que mi corazón saltaba dentro de mi pecho.
Decidió acortar la distancia entre nosotros y todos los músculos de mi cuerpo se tensaron. Éramos sólo lo dos en el mundo. Noté una pequeña duda en sus movimientos, como queriendo medir los míos, hasta que de pronto sentí su aliento a unos milímetros de mi boca. Esto me puso más nerviosa y al mismo tiempo deseé su aliento unido al mío. Me miró una última vez y como leyendo mis pensamientos, me besó. Su beso fue maravilloso. Sentí como si nunca nadie me hubiera besado antes. En ese momento, redescubrí el placer. La libido recorría todo mi cuerpo.
Sus manos encontraron mis brazos acariciándolos, encontraron mis hombros, mi espalda, mi cintura. Su tacto era muy delicado y excitante. De pronto su boca estaba en mi cuello y me supe perdida. El placer me obligó a tirar la espalda, brazos y cuello hacia atrás, lo que le dio acceso a nuevas partes de mi cuerpo, aún inexploradas por su deseo.
Todo era fuego. Sus labios que besaban ahora mis pechos, bajaron a mi abdomen. No podía resistir más: quería que sus manos quemaran toda mi piel y erizaran hasta el último vello de mi cuerpo. Me volvía loca con sus movimientos suaves. Mi pasión anhelaba movimientos desenfrenados.